“¿No lo quieres?, Muy bien, ¡lo tomo”. Este parece ser el mensaje que manda China a Estados Unidos al aumentar la inversión en Latinoamérica.
“Las inversiones chinas en los países latinoamericanos suavizan la gravedad de los problemas que experimenta esta región”, señala Fa Hesheng, director del Instituto de América Latina de la Universidad de Anhui, en China.
El aislacionismo norteamericano, oportunidad para China
Los espacios que ha dejado Estados Unidos en la región China los está aprovechando. En los últimos años ha crecido la inversión en Latinoamérica del país asiático, dice Hesheng.
Sin embargo, esta puede ser una tendencia temporal. El aislacionismo de EE.UU. queda simbolizado con el conflicto en la frontera, pero muchos congresistas, tanto demócratas como republicanos, se oponen a esta política.
Sudamérica necesita de China
En los últimos diez años, ha cambiado las formas en que China ha hecho inversión en Latinoamérica. Antes la mayoría de sus inversiones se dirigían a Venezuela, mientras que ahora no le presten nada.
China ha preferido poner sus miras en Brasil y en Argentina, donde apuesta más a proyectos de desarrollo de infraestructura. Estos, como países en vías de desarrollo, tienen poca capacidad de compra y la inversión china puede aportar en su crecimiento. En este sentido, sera significativa la presencia del Banco de China en Argentina, que busca apoyar a corporativos.
Diversificación de las inversiones chinas en tecnología
También se ha observado en los últimos años una diversificación de las inversiones chinas, aumentando su presencia en tecnología. Uno de los ejemplos más notables es la compra de 99, empresa brasileña de taxis, por Didi Chuxing, conocida como el “Uber de China”.
Empresas chinas también han incursionado en el desarrollo de algoritmos para la inteligencia artificial, ofreciendo a los gobiernos locales soluciones para mejorar los sistemas de transporte.
Los latinoamericanos comienzan a reconocer los nombres de compañías chinas, que apuntan a convertirse en actores de Big Tech de importancia en la región. Como ejemplo, tenemos la llegada de Xiaomi a Perú.
¿Peligro a largo plazo?
A Estados Unidos no le ha agradado la creciente presencia China en Latinoamérica. Al menos así lo deja ver Frank Fannon, subsecretario del Departamento de Estado para productos energéticos. Fannon califica a las inversiones chinas como “diplomacia de la deuda”, por generar una situación de dependencia con el gigante asiático.
Fannon sostiene que las inversiones chinas son un brazo del mismo Estado, a diferencia de las inversiones norteamericanas que son, en sus palabras “de asociación, no de control”.
Sin embargo, los tratos comerciales con China seguramente comenzarán a ser preferidos por los países latinoamericanos si Estados Unidos continúa con una política exterior hostil.