Energías renovables en América Latina: apuesta al futuro

De 2010 a 2015, América Latina invirtió má de 80 mil millones de dólares en energías renovables, mostrando su compromiso con el futuro.

La transición del combustible fósil a energías renovables es uno de los objetivos del desarrollo sostenible. En América Latina varios países han mostrado su compromiso en la transición energética con inversiones en este sector, volviéndola una de las regiones más dinámicas en la materia, según la Agencia Internacional de Energías Renovables.

De 2011 a 2030, el consumo de energía en Latinoamérica habrá aumentado un 80% debido al aumento demográfico, la adopción mayor de aparatos eléctricos y una mayor demanda industrial. Centroamérica será la subregión con mayor aumento de demanda energética, en un 120%.

Un deber la transición energética en Latinoamérica

Este aumento en la demanda energética hará insostenible a largo plazo la producción de energía con combustibles fósiles. Estos combustibles son los principales causantes del aumento de emisiones de gases invernaderos, representando el 60%; además, producen degradación en el suelo, contaminan el agua y contribuyen a la acidificación del océano.

El costo de los combustibles fósiles es mayor que la inversión para transitar a energías limpias. Inundaciones, incendios y sequías son una de las consecuencias indirectas de su uso. La seguridad alimentaria también está en riesgo y representan un impacto negativa a la salud por la contaminación del aire. El escenario vuelve obligatorio adoptar energías limpias para que representen el 80% de las fuentes de energía en 2050.

En los últimos años, los países latinoamericanos han adoptado medidas para lograr esta transición. Por ejemplo, desde 2007, la producción de energía eólica ha aumentado por cinco. Sin embargo, a pesar de los avances los combustibles fósiles representan más del 75% de la producción de energía en la región, mientras que las energías renovables no superan el 1%.

El compromiso de la transición ha sido sostenido por diferentes gobiernos. El “Informe de Estado Global de Renovables 2018” mostró un aumento en las inversiones de la región. En el informe de 2018, Brasil y México eran los países que destacaban, con una inversión similar de 6 mil millones de dólares en cada país.

Sin considerar a estos dos países, la inversión de la región fue de 13.4 mil millones de dólares. Chile y Argentina fueron los países donde hubo un mayor incremento en la inversión de energías limpias. Recientemente, el presidente de Chile Sebastián Piñera anunció un plan de descarbonización, con el que pretende cerrar 28 plantas de carbón que hay en el país para 2040, sin impactar en el precio del consumidor. El informe Global Climatescope señaló que “Los recursos naturales excepcionales de Chile, el gobierno estable y la economía saludable lo hacen atractivo para la inversión en energía limpia. El gobierno ha establecido objetivos ambiciosos a largo plazo para agregar capacidad de energía limpia y ha comenzado a implementar políticas para fomentar un entorno en el que los proyectos renovables sean más competitivos”. Otros países latinoamericanos están ya más avanzados en la transición. En Uruguay, el 90% de sus fuentes de energía son renovables.

Inversión en energías renovables no ha sido suficiente

El ritmo de la transición energética aún no es suficiente para cumplir con el objetivo de evitar un incremento de la temperatura promedio global de 1.5º C. En algunos casos hay retrocesos. En 2018 la energía producida con carbón incrementó, cuando se había reducido en años anteriores, según datos del Foro Económico Mundial, mientras que el crecimiento de las energías renovables a nivel mundial se estancó, según datos de la la Agencia Internacional de Energía. En México, la administración dirigida por López Obrador ha relegado la inversión de energías renovables y ha aumentado la inversión en termoeléctricas que funcionan con combustibles fósiles. El carbón será la energía que más inversión recibirá, 10,416 millones de pesos, según el director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett. Esta decisión que solo se explica por la influencia de Armando Guadiana, presidente de la comisión de energía en el senado y empresario con minas de carbón.

La lenta transición y los retrocesos han despertado preocupación entre la población. Activistas, como Greta Thunberg, han criticado la falta de medidas contundentes de los gobiernos para detener la emisión de gases invernadero a la atmósfera y las generaciones más jóvenes se muestran muy preocupadas por la situación, hasta el punto de organizar manifestaciones globales exigiendo mayores avances para cumplir el acuerdo de París. La empresas verdes y las innovaciones en energías limpias tienen un amplio campo de crecimiento a largo plazo.

La activista Greta Thunberg ha inspirado un movimiento global contra el cambio climático.