Inversiones caen en Latinoamérica, pero Asia surge como una alternativa

Los pronósticos apuntan hacia una caída de las inversión extranjera directa en Latinoamérica.

Este año ha sido de incertidumbre en la inversión extranjera para Latinoamérica. Los datos macroeconómicos apuntan hacia una desaceleración económica debido a una contracción en los mercados globales que afectará también a las economías emergentes.

Una reducción en la inversión extranjera es un peligro para la región, según indica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), organización que estima un crecimiento de apenas 1.7%, datos que contrastan con el crecimiento de 3.5% que el Fondo Monetario Internacional estima para el resto del mundo.

El informe anual del Organismo de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) confirmó una caída de la inversión extranjera en América Latina y el Caribe. La inversión extranjera directa (IED) se redujo un 6% en 2018, con un total de 147 mil millones de dólares. El organismo prevé que esta tendencia se mantendrá en el año en curso.

Brasil y Colombia han sido los países latinoamericanos que más han sufrido esta caída de inversión.

En Brasil, la situación se atribuye a la mala situación económica del país y una reducción de las adquisiciones y fusiones, que en 2017 alcanzaron un nivel sin precedentes. La caída de la inversión fue de 9%, recibiendo un total de 61 mil millones de dólares en IED.

En Colombia, esta caída de la IED fue más abrupta, llegando al 20%. Esto contrasta con el crecimiento de ciudades colombianas como Bogotá, donde la inversión extranjera aumentó un 37% respecto al 2017, y las perspectivas de crecimiento de Colombia, donde los pronósticos prevén que estará por encima del promedio regional.

En el resto de la región, la IED ha sido constante, con excepción de Ecuador donde esta se duplicó gracias a inversiones en el sector minero.

En México, la confianza en la inversión extranjera directa ha caído. Estimaciones del Banco de México (Banxico) prevén que la IED alcance los 25 mil millones de dólares, tres mil millones menos que los estimados para 2018. Además, el actual gobierno desapareció la oficina encargada en la promoción de inversiones extranjeras, Proméxico. A pesar de este escenario, el gobierno reportó un crecimiento de la inversión extranjera en el país durante el primer trimestre de 2019 de 6.94% respecto al año pasado.

Ante la posibilidad de una caída de la inversión extranjera, el sector privado de México anunció el sábado 15 de junio que invertirá 32 mil millones de dólares en el país, lo que representa un aumento de mil millones de dólares. El anuncio pretende crear un clima de confianza en el país, ante la posibilidad de una desaceleración económica, la amenaza de un conflicto comercial con Estados Unidos y la incertidumbre que aún genera las nuevas políticas del gobierno.

Conflicto Estados Unidos – China, factor en contra

América Latina se convirtió en una víctima colateral de la guerra económica entre Estados Unidos y China. Estos dos países son los mayores inversionistas de la región y la guerra comercial genera incertidumbre.

La reforma tributaria de Estados Unidos ha afectado también las inversiones en Latinoamérica, al dar preferencia a la actividad económica dentro del país.

Mientras la inversión Estadounidense se encuentra a la baja, los países asiáticos están cada vez más interesados en la región, con China como líder indiscutible de esta tendencia.

El comercio con China pasó de 12 mil millones de dólares en el 2000 a 306 mil millones de dólares en 2018. Los préstamos de China también sobrepasaron la ayuda financiera de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano para el Desarrollo. China ha priorizado el financiamiento en proyectos de energía y extracción de recursos. Los países latinoamericanos han visto atractivo formar parte de la ruta de seda China como una forma de diversificar sus oportunidades de negocio y no depender tanto del comercio y la inversión con Europa y Estados Unidos.

El acercamiento con China ha preocupado a las autoridades norteamericanas. Mike Pompeo calificó a la presencia china como “depredadora” por enfocarse más en inversiones extractivistas, a diferencia de las inversiones norteamericanas que en la región que están más enfocadas en manufactura y tecnología.

Otros países asiáticos interesados en Latinoamérica

La inversión china es fuerte en la región, pero el comercio y la inversión de otras naciones asiáticas han aumentado en los últimos años y probablemente mantengan esta tendencia al alza.

India ha mostrado interés por invertir en Latinoamérica en años recientes. El comercio de India con la región ha sido mucho más discreto comparado con China, por lo que no ha llamado casi la atención de los analistas. Sin embargo, representa más de 50 mil millones de dólares.

Latinoamérica exporta a India principalmente materia primas. El 72% de las exportaciones de América Latina a India provienen de actividades extractivistas. México, Brasil y Venezuela representan los principales socios comerciales de país asiático.

Anurag Srivastava, director de operaciones del conglomerado indio Aditya Birla Group, considera que América Latina “es un mercado estratégico y nos acercamos a la región con una perspectiva a largo plazo”. Para el ejecutivo, la devaluación de las monedas latinoamericanas y el bajo precio de los bienes representan ventajas para la inversión.

Otro país asiático que destaca como socio en Latinoamérica es Japón. Del total de exportaciones japonesas, América Latina solo representa un 4%, mientras que Japón también representa solo un 4% de las exportaciones latinoamericanas. Sin embargo, la inversión nipona en la región destaca sobre todo en el sector tecnológico.

Las inversiones de grandes grupos como Softbank muestran la confianza japonesa en la región. La ejecutiva del Banco Mundial Barbara Kotschwar describe a Japón como “un gigante gentil” para la región, al jugar un papel importante en el comercio y en la inversión Latinoamericana sin promocionarse siempre.

Como en otros casos, las importaciones japonesas en Latinoamérica han sido principalmente materias primas. Sin embargo, recientemente Japón ha diversificado sus importaciones, destacando entre ellos el equipo médico.

El comercio latinoamericano con Corea del Sur ha aumentado significativamente como con otros países asiáticos. En 2016, este llegó a representar 41 mil millones de dólares en 2016 y desde 1990 ha aumentado un 14%. La relación comercial con Corea del Sur mantiene similaridades con otras regiones de Asia, sin embargo hay algunas diferencias notables. Por ejemplo, las exportaciones de Latinoamérica a Corea del Sur están más diversificadas e incluyen productos manufacturados.

Corea del Sur se ha beneficiado con tratados de libre comercio con varias naciones centroamericanas, además de acuerdos con Perú, Chile y Colombia.

Uno de los sectores que tienen mayor interés para Corea, según mencionó el presidente Moon Jae-in en el Foro para la Cooperación entre el Sudeste de Asia y Latinoamérica (FEALAC, por sus siglas en inglés), son los relacionados con la cuarta revolución industrial como son la inteligencia artificial, big data, impresoras 3D e Internet de las Cosas.

México y Brasil son los países más atractivos para la inversión coreana. México tiene un atractivo extra: no solo cuenta con amplio mercado doméstico, también representa un tech-hub para la manufactura y una plataforma para las exportaciones hacia Estados Unidos.

Las puertas de las inversiones europeas y norteamericanas parecen cerrarse en la región. Sin embargo, para Latinoamérica la inversión asiática se abre como una ventana de nuevas oportunidades.