El talento de los programadores mexicanos ha sido reconocido en otros países, pero para sacarle mayor provecho las escuelas deben cambiar el enfoque.
México es un semillero de programadores talentosos. Este hecho lo han notado diferentes compañías internacionales que, aunque tengan sus oficinas centrales en Estados Unidos, sus centrs de desarrollo están en ciudades extranjeras como Mumbai, Chennai o Guadalajara.
México se ha vuelto un lugar atractivo para el outsourcing por la cantidad de programadores de calidad que se gradúan cada año. Sin embargo, estos programadores están más cerca a la actividad de un artesano, según comenta Jesús Ramos, ejecutivo de la Asociación Mexicana de Ciencias de Datos.
Para Jesús Ramos, los programadores mexicanos ahora son como los “mojados” que se iban a Estados Unidos en busca de oportunidades. Para él, existe la oportunidad de quitarle a esta palabra su carga peyorativa para darle un nuevo significado.
“Programar ahora es una habilidad transferible, una habilidad secundaria y que se puede acomodar a diferente situaciones, porque los lenguajes y las librerías hacen la mayor parte de este trabajo de librería de software”.
Gracias a esta infraestructura tecnológica que se ha desarrollado, programar ya está más cercano a ser una artesanía que una ingeniería.
Mientras, la demanda de programadores ha hecho que esta sea una carrera redituable para muchos que cuenta con mucha información disponible como tutoriales, documentación o cursos en línea.
Ramos cuestiona la idea de que el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) sea actualmente la mejor escuela en este sentido en México, ya que esta se centra primordialmente en las habilidades técnicas y empresariales, aunque él mismo sea un egresado de esta escuela.
Para Ramos, las mejores escuelas con un acercamiento cuantitativo en México son actualmente el Centro de Investigación en Matemáticas (CIMAT), del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), y la Universidad Anáhuac, pues estas dan prioridad a la filosofía analítica y matemáticas para un razonamiento más adecuado a la realidad”.
Desarrollar Inteligencia Artificial robusta en la actualidad requiere de habilidades racionales y éticas. En este sentido, la mejor manera de tener este acercamiento es a través de analizar el contexto, habilidades matemáticas y por último, con ingeniería de software.