Las inversiones en startups de América Latina están en auge. En 2018, las etapas de financiamiento temprano de la región obtuvieron una cifra récord al levantar 2 mil millones de dólares de inversión que impulsaron la aparición de nuevos unicornios en el continente como iFood, Nubank y Rappi.
Este éxito en las inversiones de América Latina atrajo a nuevos jugadores como Softbank que este año han inyectado más capital al ecosistema de emprendimiento. Sin embargo, la región aún debe lidiar con el problema que representa obtener financiamiento desde la concepción de la idea y plan de negocios, también conocido como capital semilla.
Los fondos de capital semilla y emprendedor tiene como objetivo apoyar a pequeñas empresas para que ganen competitividad en el mercado y así, ayudarlas a crecer más rápido no solo con capital, sino también con asesorías que permitan a las compañías mejorar sus gobiernos corporativos y lograr una mayor eficiencia en el uso de sus recursos.
En 2013, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señaló la falta de inversión en etapas tempranas y en la expansión de los emprendimientos como una debilidad de la región. En estos años, México no tenía ningún apoyo gubernamental para el capital semilla, Colombia y Perú recién habían comenzado un programa, en Argentina estaba en fase de desarrollo y solo Brasil y Chile presentaban una iniciativa en operación.
La inversión en las etapas iniciales de una startup ha mejorado en las principales economías de la región. Sin embargo, Latinoamérica aún está rezagada respecto al resto del mundo. En 2016, de 27 mil millones de dólares invertidos en venture capital, Estados Unidos acaparó el 41% de esta cantidad, Asia el 35,9%, Europa el 11% y el 12,1% fue para el resto del mundo.
Para contrarrestar este escenario, los países latinoamericanos han impulsado programas para ofrecer capital semilla e impulsar startups tecnológicas con un rápido potencial de crecimiento e internacionalización. Según la OCDE, las políticas públicas que impulsan el capital semilla ofrecen incentivos para el desarrollo de la industria financiera en etapas tempranas.
Sin embargo, las políticas de apoyo a los emprendedores también deben considerar otros factores que detienen el crecimiento de las compañías, como es la poca capacidad de gestión empresarial de los investigadores e innovadores, además de barreras legales para el financiamiento.
Para atacar estos problemas, además de resolver el problema del financiamiento, las políticas públicas deben ofrecer a los emprendedores formación de capacidades empresariales y espacios físicos para la innovación como las incubadoras, lo que han hecho los gobiernos de las economías más importantes de la región.
Argentina emprende a pesar de la crisis
La reciente crisis económica de Argentina parece no afectar a los emprendimientos. En 2018, el capital semilla creció respecto al año 2017 que ya había dado un salto significativo respecto al año anterior.
Los emprendedores de Argentina recibieron en 2018 11,3 millones de dólares de capital semilla, con un promedio de inversión de 180 mil dólares por cada startup, según un estudio de la Asociación Argentina de Capital Privado, Emprendedor y Semilla (ARCAP), en conjunto con EY Argentina y el Observatorio Latinoamericano de Financiamiento a Emprendedores.
Los números positivos de este sector, en medio de una crisis económica, no sorprende a los especialistas como Juan Giner González, director de la ARCAP, quien señala que estos fondos están pensados como planes de mediano y largo plazo, por lo que suele escapar a las crisis de corto plazo.
En Argentina, el gobierno ha apostado por los emprendimientos tecnológicos desde hace varios años, lo que ha permitido el surgimiento de unicornios en este país a pesar de las recurrentes crisis económicas. Además, Argentina es uno de los referentes en los servicios de outsourcing de TI en la región por el alto nivel de capacitación que tienen sus desarrolladores de software e ingenieros.
Brasil, el mercado más atractivo de la región
Las inversiones en etapas tempranas de Brasil sobresalen en el continente. Este logro es a pesar de que los fondos de capital semilla en Brasil están en desarrollo y suelen solicitar una mayor participación en la empresa por un menor monto.
En 2016, Brasil recibió 1,326 millones de dólares de los 2,074 millones invertidos en la región. El Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil es responsable parcialmente de este éxito. El BNDES anunció en 2012 la creación de un fondo de más de 25 millones de dólares para apoyar a las pequeñas y medianas empresas de desarrollo tecnológico, conocido como Criatec.
Este fondo mostró un gran éxito en su primera versión y el BNDES replicó la experiencia con nuevas versiones del programa. Además de ofrecer financiamiento, el fondo acompañó a los emprendedores para mejorar la gestión y gobernanza de la empresa.
Colombia esconde unicornios
El éxito de startups colombianas como Rappi han ayudado a que en este país el emprendedurismo se considere una prioridad para el gobierno, al punto de que este año ofrecerá 24.6 millones de dólares en capital semilla.
En Colombia, dos fondos con financiación gubernamental ofrecen a los emprendedores recursos para iniciar un negocio. Uno es iNNpulsa Colombia, la Unidad de Gestión de Crecimiento Empresarial del Gobierno Nacional para promover el emprendimiento y la innovación. Otro es el Fondo Emprender del SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje), que patrocina la creación de nuevas empresas con créditos condonables, además de buscar la inclusión social en los emprendimientos.
El programa iNNpulsa Colombia otorga opciones de cofinanciación no reembolsables que cubre una parte de los proyectos a desarrollarse y realiza convocatorias a lo largo del año dirigida a emprendimientos en distintas etapas de desarrollo.
El Fondo SENA abre cuatros convocatorias a lo largo del año. En 2018, este fondo entregó 596 800 de dólares promoviendo 7,360 nuevos planes de negocios en 70 ciudades de Colombia.
A pesar de este apoyo, en Colombia el 70% de las startups todavía se financian con recursos del emprendedor, mientras que solo un 7% consigue capital semilla, según señala Sergio Zuluaga, Director Ejecutivo de la Asociación de Emprendedores de Colombia.
Chile, con larga experiencia en el capital semilla
Chile es uno de los países latinoamericanos con mayor tradición en programas para impulsar a los emprendedores. Los apoyos gubernamentales al capital semilla en Chile existen desde hace más de 18 años. Estos apoyos comenzaron con la línea de Capital Semilla que en los primeros cinco años de operación subsidió a 101 proyectos con 4 500 dólares. Con el tiempo, el gobierno y la iniciativa privada han creado nuevas iniciativas para el impulso de startups en fases iniciales, como Innova Chile o Startup-Chile. Desde estos años, los fondos para la creación de empresas en Chile aumentó de manera constante hasta 2016.
Entre los programas gubernamentales en Chile para apoyar los emprendimientos se encuentra el que ofrece el Servicio de Cooperación Técnica tiene el programa Capital Semilla Emprende, que otorga hasta 730 dólares para la gestión empresarial y acciones de marketing. El programa ofrece un mínimo de 300 dólares para acciones de marketing.
Aunque año con año cada vez más emprendedores presentan solicitudes para acceder al capital semilla que ofrece Chile, este apoyo se ha reducido desde 2017, lo que suscitó las críticas de algunos organismos que señalan que los emprendimientos han generado al Estado un retorno de la inversión tres veces mayor en recaudación fiscal que el gasto para impulsarlos.
Perú, un ecosistema en crecimiento
En los últimos tres años, las inversiones en startups han aumentado en Perú un 67%, según la Asociación Peruana de Capital Semilla y Emprendedor (PECAP).
El gobierno de Perú ha impulsado el capital semilla desde 2013 con el programa Startup Perú. Este programa comenzó otorgando hasta 45 mil dólares en capital semilla no reembolsable a emprendimientos tecnológicos con potencial de crecimiento de internacionalizarse.
Startup Perú comenzó en 2013 con un fondo de 5 millones 500 mil dólares, que ha ido incrementándose con los años. Tan solo en el primer trimestre de 2018, cinco startups peruanas cerraron rondas de financiamiento con capital semilla de 1.6 millones de dólares.
El capital semilla en Perú es el primer eslabón para impulsar el emprendimiento. Javier Salinas, director de Emprende UP, señala que el estos fondos son impulsados principalmente por el gobierno y que implican 100 millones de dólares por año del presupuesto estatal.
México, un ecosistema desarrollado
A partir del Informe de la OECD que advirtió sobre las consecuencias de la falta de un capital semilla en México, el gobierno creó el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) que otorga apoyos a fondos perdidos para financiar los emprendimientos en el país, además de capacitación para los emprendedores.
Sin embargo, el actual gobierno mexicano ha declarado que tiene intenciones de eliminar el Inadem, aunque señaló que los apoyos a los emprendedores se seguirán otorgando. La intención, según el grupo en el Senado de Morena, es reducir la burocratización y eliminar intermediarios para los emprendimientos.
A pesar de los recortes en el Inadem, México todavía cuenta con una variedad fondos de inversión privados para capital semilla que lo hacen un país dinámico para la inversión, como lo muestran 500 Mexico City, Alta Ventures, Dalia Capital o Venture Partners.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) considera al ecosistema mexicano de emprendimiento como uno de los más desarrollados de América Latina, aunque advierte que falta de capital semilla para proyectos de emprendimiento. Esto abre un aŕea de oportunidad para el ecosistema, sobre todo para los proyectos en etapas tempranas.
Las universidad públicas y privadas de México han jugado un papel importante para solventar la falta de apoyo a los jóvenes innovadores. Por este motivo, han impulsado a los emprendimientos desde sus etapas tempranas con incubadoras, hubs, comunidades de aprendizaje y campus abiertos.
Fondos para América Latina
Además de los fondos gubernamentales, en América Latina existen fondos de organizaciones internacionales y venture funds que ofrecen financiamiente a las startups desde el desarrollo de su plan de negocios.
El Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ofrece asistencia técnica al sector privado de Latinoamérica, además de invertir en microfinanzas y fondos de capital emprendedor. Este fondo del BID trabaja principalmente con socios locales y, en su mayoría, privados. Por ejemplo, en 2011 el FOMIN invirtió cuatro millones de dólares C-Ventures Primus, un fondo de capital semilla que trabaja en los estados del sur de Brasil (Santa Catarina, Paraná y Rio Grande do Sul).
El FOMIN también invertirá en el fondo de inversión de impacto de NXTP Labs, otro fondo privado que opera en Argentina, Chile, Colombia, México y Uruguay. NXTP Labs proporcionará capital semilla a 32 compañías, además de programas especiales para empresas de Agtech y Fintech en América Latina.
Un caso particular en los fondos que ofrecen capital semilla es LATAM Fund, por ser el primer fondo de inversión de capital de riesgo nacido en Silicon Valley. Este fondo invierte sin pedir participación en la empresa y provee capital para compañías de base tecnológica en la región que están enfocadas en el mercado hispano en los EE. UU.
Todos estos fondos para capital semilla tendrán poco impacto en la región mientras los gobiernos de América Latina inviertan poco en Investigación y Desarrollo (I+D). Los países de la región invierten menos del 0.5% PIB en ciencia y tecnología, a excepción de Brasil que alcanzó un 1.2% de inversión en su PIB. mientras que el promedio de la OCDE es de 2.4%. La inversión en estos rubros es importante para la creación de emprendimientos disruptivos.