Impuestos digitales en Latinoamérica

Francia revivió una discusión en México sobre impuestos digitales. Argentina, Brasil y Uruguay han avanzado en este tema.

En México, el diputado Alfonso Ramírez Cuéllar propuso la creación de un impuesto digital. La idea sigue el ejemplo de Francia, que en julio de 2019 aprobó un gravamen que afecta a los gigantes tecnológicos.

En 2018, Argentina, Brasil y Uruguay avanzaron en este tema al aprover reformas tributarias sobre los servicios digitales. Otros países de Latinoamérica empiezan a tomar caminos similares.

Un poco de contexto sobre los impuestos digitales

Los impuestos digitales están en la mesa de discusión internacional desde enero de 2019, cuando el G-20 propuso una hoja de ruta para crear un impuesto de 3% para los servicios que prestan gigantes tecnológicos. Francia y Reino Unido apoyaron la iniciativa conocida como tasa GAFA.

La propuesta tributaria surgió porque muchos gigantes tecnológicos operan en países con bajas tasas fiscales, como Luxemburgo e Irlanda, evitando los impuestos que deben pagar empresas tradicionales. Sin embargo, los países europeos no han podido llegar a un acuerdo.

En marzo de 2019, la Unión Europea rechazó la tasa GAFA por la oposición de Irlanda y los países nórdicos. A falta de consenso, algunas naciones europeas han impulsado su propia reforma tributaria, como Francia, Reino Unido, Italia y España.

En España, el impuesto digital no prosperó. El congreso de Diputados rechazó a inicios de este año la iniciativa que se incluía en la ley de Presupuestos Generales de 2019.

En julio, Francia aprobó un impuesto de 3% para las empresas tecnológicas que generan ingresos superiores a 750 millones de euros.

Con la aprobación de la tasa GAFA, Francia toma el liderazgo sobre los impuestos a los gigantes tecnológicos en Europa. El gobierno de Estados Unidos criticó la medida de Francia, pero el gobierno francés dijo que mantendría el impuesto hasta que haya un acuerdo multilateral para regular los servicios de las empresas digitales.

Francia revivió la discusión en México

En México, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) planteó en 2018 una iniciativa de gravar a las empresas tecnológicas que dan servicios en el país, pero esta no prosperó. La posición de Francia ayudó a revivir la discusión en el legislativo mexicano, aunque Morena (el partido en el poder en México) se comprometió a no crear nuevos impuestos.

Ramírez Cuéllar, quien preside la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados, comentó que no se trata de un nuevo impuesto, sino de “una reforma tributaria”.

“La propuesta va encaminada a que los residentes en el extranjero que prestan sus servicios en territorio nacional paguen impuestos por todos los ingresos que reciben de los consumidores mexicanos, por lo que no se estaría estableciendo ningún impuesto nuevo, ni aumentando la tasa de ningún tributo”, aseguró Ramírez Cuéllar. La propuesta de Morena se presentaría en la próxima legislatura, que inicia en septiembre.

Los legisladores mexicanos tendrán como reto crear una legislación que no afecte a los consumidores. El panorama internacional agregará un mayor grado de dificultad a la reforma para evitar la ira de Trump.

Impuestos a la economía digital en América Latina

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe calcula que América Latina podría recaudar hasta 580 millones de dólares con impuestos a la economía digital.

Argentina, Brasil, Colombia y Uruguay ya han incorporado a la economía digital en su legislación tributaria, mientras que Ecuador y Chile discuten reformas en la legislación.

En el caso de Argentina, Uber participó en la reforma legislativa que aprobó el IVA a servicios prestados por empresas extranjeras. La plataforma de transporte propuso que el proveedor de los pagos sea el responsable de retener y cobrar los impuestos. Esta idea podría retomarse en México.

En Uruguay y algunas municipalidades de Brasil, la legislación incluyó en los impuestos sobre servicios la renta de servicios como transmisión directa de televisión o streaming de audio y películas.

El panorama general indica que los impuestos a la economía digital serán pronto una realidad en la mayor parte del mundo.