Brasil le manda cartas de amor a Tesla

El presidente de Brasil creó un comité especial para convencer a Tesla de invertir en el país.

En Brasil, el gobierno de Jair Bolsonaro ha recibido duras críticas por sus pobres políticas ambientales. Estas críticas han llegado a nivel mundial, de tal manera que se acusa al gobierno brasileño de ser responsable de la devastación más reciente en el Amazonas, donde los incendios han consumido gran parte de las selva tropical más grande del mundo.

Además, el petróleo representa una parte importante de la economía brasil. Por ello, resulta un poco sorprendente que sea el gobierno de Bolsonaro quien quiera traer una fábrica de los autos eléctricos Tesla, la compañía fundada por el sudafricano Elon Musk.

Como el petróleo, la industria automotriz tiene un gran peso en Brasil, pero ha perdido empuje en los últimos años. En los primeros meses de 2018, México superó a Brasil como el mayor productor de autos en Latinoamérica, con 600 mil unidades armadas en solo dos meses. Aunque en México la adquisición de automóviles se ha frenado, la exportación ha ido en aumento, lo que le ha permitido imponerse a Brasil en este sector.

La instalación de una fábrica gigante de autos eléctricos podría darle un nuevo impulso a la industria automotriz brasileña. Sin embargo, este país sudamericano tendrá una competencia difícil. En la actualidad, Tesla tiene fábricas en Estados Unidos y China, además de que el próximo año esperan inaugurar otra fábrica en Alemania. Otros países más querrán convencer a Tesla de instalarse en su país.

En Latinoamérica, Brasil también tiene la competencia de México, no solo como productor de automóviles. En el estado mexicano de Sonora, el reciente hallazgo la reserva más grande del mundo de litio -un componente esencial de las baterías recargables- podría convertirlo en una opción más viable para la fabricación de autos eléctricos.

Otro atractivo que tiene México sobre Brasil es su cercanía con Estados Unidos, además de tratados comerciales con este país que facilitan la importación de vehículos. Además, en México ya existen empresas de autopartes que se están preparando para una mayor demanda de este tipo de vehículos. De 2015 a 2018, empresas como Condumex, Nemak, Rassini y Metalsa invirtieron en conjunto alrededor de mil 642 millones de pesos en investigación y desarrollo para crear piezas para autos eléctricos para afianzarse como grandes proveedores de la industria en el corto plazo.

El equipo encargado de llevar a Tesla a Brasil

Si bien México podría ser una opción más lógica para la instalación de una fábrica de Tesla en Latinoamérica, Brasil hará lo posible para presentar las bondades que tiene en su territorio para la innovación tecnológica: desde las zonas económicas especiales como la que existe en Minas Gerais, hasta la alta productividad del estado de Santa Catarina, pasando por la creciente escena startup de Saô Paulo.

Los autos Tesla todavía no se comercian en Brasil, pero desde hace un par de años Elon Musk expresó en un tuit su interés de ingresar en una de las mayores economías de América Latina.

Mientras Musk le manda a Brasil indirectas, Bolsonaro le plantea a la compañía que sus intenciones van en serio. El presidente de Brasil creó recientemente un comité -conformado por personas relacionadas a la industria automotora: empresarios, funcionarios y legisladores- para presentar estas y otras virtudes que tiene Brasil para la fabriación de autos eléctricos.

El grupo de expertos estará liderado por el diputado brasileño Daniel Freitas, quien cuenta con el apoyo de empresarios de la industria automotriz y pertenece al mismo partido político de Jair Bolsonaro -el Partido Social Liberal.

Daniel Freitas es originario de Santa Catarina, estado que se ha caracterizado por su alta productividad. De hecho, según algunos medios de información, hay pláticas que plantean la posibilidad de instalar la fábrica de Testa en un predio cerca de Florianápolis, la capital del estado de Santa Catarina. Ahí también está en construcción una planta de BMW.

Freitas ha impulsado recientemente una ley que ofrece beneficios fiscales a las fábricas de autos eléctricos en Brasil, que en Brasil se le conoce como “Ley Tesla”. En opiniones de algunos en Brasil, esta ley es más que nada una carta de amor para la compañia fundada por Elon Musk.

“Tesla es una de las más valiosas automotrices del mundo y podrá abrir una de sus fábricas en América del Sur en el plazo de hasta tres años”,

Daniel Freitas, diputado de Brasil

Por su parte, el ministro de Ciencia y Tecnología, Marcos Pontes se reunió con Anderson Pacheco, ingeniero de Tesla, para instalar una fábrica en el país, según informan varios medios brasileños. Los rumores indican que Pachecho, quien desde hace cuatro años trabaja para el fabricante de autos eléctricos, regresó a Estados Unidos con la misión de seducir a los directivos de Tesla.