Las empresas mexicanas están sufriendo por falta de innovación

Hasta ahora, México ha preferido ser un importador de tecnología que un desarrollador. Esto contrasta con el talento mexicano que emplean las empresas extranjeras.

En México, la falta de innovación tecnológica está pasando factura a varias empresas nacionales.

La Bolsa Mexicana de Valores (BMV) no logra despertar la pasión de los inversionistas que este año tienen un romance con empresas de base tecnológica. El emporio de Carlos Slim pierde terreno en el servicio de Internet residencial. Y a pesar de las banderas rojas, las grandes empresas del país muestran poca capacidad de adaptación al cambio.

Desde 2017, el principal indicador bursátil de México, el Índice de Precios y Cotizaciones (IPC), ha mantenido una tendencia a la baja. Y aunque la BMV es una de las bolsas de valores más baratas del mundo, los inversionistas miran al país con desconfianza. La economía mexicana será una de las más afectadas del mundo por la pandemia y los analistas estiman una lenta recuperación.

¿Qué están haciendo mal las empresas mexicanas?

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América Móvil pierde suscriptores residenciales de Internet

Para las empresas de telecomunicaciones, la pandemia podría significar una oportunidad de crecimiento debido al aumento del Ministerio del Interior. Sin embargo, para el proveedor de Internet más grande de México, la historia ha sido un poco diferente. La falta de innovación tecnológica está costando a los clientes.

Según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), Telmex ha perdido cerca de medio millón de clientes este año. A pesar de la caída, esta empresa de América Móvil mantiene el control del 46% del mercado del país.

Nadie podría acusar a esta corporación de telecomunicaciones de no invertir en el país. En 2019, el presidente de América Móvil, Carlos Slim, se jactó de que su empresa estaba invirtiendo dos mil millones de dólares en México. Aún así, estas inversiones se han centrado más en el despliegue de infraestructura que en el desarrollo tecnológico.

A pesar de ser una de las empresas de telecomunicaciones más grandes del mundo, con presencia en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa, América Móvil depende de proveedores extranjeros para sus equipos, como Huawei, que en Latinoamérica ha comenzado a invertir en el Despliegue de centros de datos y red 5G.

El mayor conglomerado de telecomunicaciones del país no ha apostado por desarrollar soluciones tecnológicas en el hogar, tanto en atención al cliente como en equipamiento. Ahora, esta situación cuesta la pérdida de clientes, pero en el futuro podría costarle al mercado.

¿Falta de desarrollo o falta de confianza?

Hasta ahora, México ha preferido ser un importador de tecnología que un desarrollador. Esta situación contrasta con el talento mexicano que las empresas extranjeras emplean en el país. Ciudades como Monterrey, Guadalajara y Querétaro han atraído inversiones en tecnología. Las startups tecnológicas españolas se están abriendo paso en el país gracias a la poca competencia que encuentran.

¿No hay empresas de tecnología en México?

Los innovadores están en el país. Este año, el talento mexicano ha ofrecido soluciones tecnológicas para responder al COVID-19.

Las startups existen en el país. Durante varios años, México ha sido uno de los principales ejes de la industria fintech de América Latina.

Y las historias de éxito también están en el país. En este mes, surgió el primer unicornio mexicano gracias a la inversión japonesa de Softbank.

Pero, ¿dónde están los inversionistas mexicanos que apuestan por el desarrollo tecnológico?

La transformación debe ser tecnológica

El actual gobierno de México ha pedido una transformación radical en el país, bautizado como 4T. Sin embargo, el sector de la tecnología parece estar olvidado en esos planes. Se retiraron los programas de apoyo al emprendimiento y ahora, con la eliminación de los fideicomisos de ciencia y tecnología, todo indica que el apoyo estatal seguirá disminuyendo.

Tanto la iniciativa privada como el gobierno deben realizar una autoevaluación y reconocer que la falta de impulso a la innovación tecnológica ha hecho que México sea menos atractivo para la inversión.

Sin una transformación tecnológica en el país, no habrá transformación real ni crecimiento económico.