La salida al mercado público de Ant Group prometía ser la Oferta Pública Inicial del año y la más grande en la historia. Los inversionistas estaban seguros que esta fintech china iba a convertirse en un agente disruptor en las finanzas en el gigante asiático, facilitando préstamos en la población con su propio sistema de medición del riesgo.
En Hong Kong y Shangai esperaban con ansias la fecha y se pronosticaba que una vez en el mercado secundario la compañía podía llegar a alcanzar una capitalización de 310 mil millones de dólares, un valor muy por arriba de bancos con larga tradición como J. P. Morgan.
La mesa ya estaba puesta en las Bolsas de Shangai y Hong Kong cuando la Comisión Reguladora de Valores de China canceló de manera abrupta la fiesta. Un cambio reciente en la regulación atacaba el modelo de negocio de Ant Group. Las autoridades chinas aseguraron que buscaban proteger a los inversionistas con esta decisión, mientras que la prensa occidental sospechó que la medida era una represalía por las declaraciones del 24 de octubre de Jack Ma, quien mencionó que la regulación china mataba la innovación.
Desde noviembre, las acciones de Alibaba Group, propietaria actual del 7% de Ant, han ido en franco descenso después de un año espectacular, perdiendo el 17% de su valor.
Las empresas de tecnología de China como TikTok o Huawei son perseguidas en Estados Unidos, donde se les considera una amenaza a la seguridad de la nación por sus vínculos con el Partido Comunista del país. ¿Por qué China persigue también a sus propios gigantes tecnológicos?
Ant Group: créditos para todos
La mayor parte de la prensa en occidente ha señalado las declaraciónes de octubre de Jack Ma como la chispa que encendió la furia de los burócratas del Partido Comunista Chino. Sin embargo, esta explicación es más que simplista.
Las autoridades chinas habían facilitado los trámites para Ant Group antes de que Ma hiciera sus controversiales declaraciones. Pero la regulación que afecta a Ant Group tenía más de un año siendo discutida.
China lidia con un dilema: requiere otorgar más créditos a la población para aumentar su capacidad de consumo, pero también necesita hacerlo de manera responsable para evitar una crisis como los sub-prime. De 2008 a la fecha, la proporción deuda-ingreso de la población china ha pasado de 17.9% a 61.4%. La proporción actual está lejos de representar el 98.6% de Estados Unidos antes de la crisis de 2009, pero en este país la deuda no creció tan rápido.
Más que un escarnio para el segundo hombre más rico de China, la decisión del gobierno dirigido por Xi Jinping parece estar más motivada por la preocupación de un aumento descontrolado de la deuda que pudiera provocar el desencadenamiento de una crisis en la economía que ha impulsado el crecimiento del PIB mundial.
La regulación que afecta a Ant Group obliga a la compañía a asumir una mayor proporción del riesgo en sus operaciones. En su modelo de negocio actual, la compañía cobra una comisión por ofrecer crear préstamos, empaquetarlos como valores y vendérselos a otras instituciones financieras, la mayoría de propiedad estatal. Sin embargo, los cambios en la legislación le exigen a Ant participar con al menos el 30% del capital que se ofrece, lo que limita su crecimiento y la convierte en una empresa financiera en lugar de una empresa tecnológica.
Jack Ma no se ha tomado bien las nuevas medidas y ha adoptado el papel de empresario rebelde, aunque está afiliado al Partido Comunista de China. Esto podría incluso ser una mera pose para mostrar distancia del PCC y así, acercarse más a Wall Street.
Al final, el conflicto más que ser un enfrentamiento de poder entre los magnates chinos y el PCC, es una medida lógica en una economía que siempre ha apostado por la planificación.