Los servicios de Facebook cayeron a nivel mundial durante seis horas, causando problemas a millones de personas y empresas. Con 3.500 millones de usuarios en todo el mundo, el colapso fue un evento importante que señaló el poder de una sola empresa sobre las comunicaciones.
La interrupción de Facebook nos obliga a repensar cómo nos comunicamos con el mundo. Los servicios centralizados son un talón de Aquiles para los servicios tecnológicos.
¿Cómo cayó Facebook?
El 4 de octubre, los servicios de Facebook estuvieron inactivos durante más de seis horas. Eso incluye Instagram, WhatsApp e incluso los servicios internos de la empresa.
Para comprender el impacto del problema, recordemos que 3.500 millones de personas en todo el mundo confían en las aplicaciones de Facebook para la comunicación diaria. La empresa de redes sociales también es un aliado clave para empresas y ONG que buscan conectarse con su audiencia.
Como Facebook también se usa para iniciar sesión en diferentes sitios web, como comercio electrónico, servicios de transmisión o incluso dispositivos interconectados, la caída de Facebook causó un efecto dominó.
Por supuesto, la caída de una empresa utilizada por miles de millones de personas significó una pérdida de miles de millones de dólares. Las acciones de Facebook se hundieron, cayendo un -4,63% en un día, lo que significa una pérdida de $ 6 B. La compañía también calcula una pérdida de $ 100 M en ingresos.
¿Qué implica la caída de Facebook en el mundo moderno?
La caída de Facebook revela cómo las personas de todo el mundo dependen en gran medida de los servicios de Facebook. Las cuatro aplicaciones más descargadas de la última década son propiedad de Facebook: Instagram, WhatsApp, Facebook y Messenger. Por esa razón, la interrupción de Facebook se parecía a un Tecno-Apocalipsis.
Sin embargo, la familia de Facebook también es responsable de las distracciones en el trabajo. Por lo tanto, no es extraño que otras personas vean el lado positivo de la interrupción. Para muchas personas, significó un impulso en la productividad.
Los trabajadores de oficina pueden distraerse fácilmente en Facebook, pero para las pequeñas empresas, la plataforma es un aliado clave. Muchos de ellos resultaron gravemente heridos mientras debido a que responden a sus clientes y reciben sus pedidos a través de WhatsApp o Facebook.
Todos esos hechos señalan una verdad evidente: Facebook tiene mucho poder en la vida diaria. El discurso público, la comunicación privada y el servicio al cliente ocurren en su plataforma global. Pero los problemas no terminan aquí.
Este no es el único problema para Facebook en la semana
Facebook se ha enfrentado a las críticas debido a la débil protección de los datos de los usuarios y las prácticas monopolísticas. En las últimas semanas, el denunciante Francis Haugen ha revelado que la empresa de redes sociales estaba al tanto del daño de la red social a sus usuarios en un ensayo similar a Big Tobacco, que conocía los efectos mortales de su producto en los usuarios y no hizo nada. Francis Haugen también dará testimonio de la falta de transparencia de la empresa que dificulta el trabajo de los reguladores frente a los senadores estadounidenses.
Facebook continúa obteniendo ganancias multimillonarias, pero ahora está en el ámbito del escrutinio del gobierno. La situación podría provocar una caída en el valor de sus acciones y las medidas podrían destrozar su negocio.
¿Podemos pensar en un mundo sin Facebook?
La caída de Facebook nos obliga a repensar el estado actual de las redes sociales. ¿Se podría construir un servicio multiplataforma para lograr la descentralización de las comunicaciones? ¿Debería Facebook dividirse en diversas empresas de redes sociales que compiten entre sí? ¿O es imposible (por ahora) pensar en un mundo sin Facebook?
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